Uno contaba los problemas que tenía, y el otro le decía que todas las respuestas y soluciones están en Jesucristo.
Me entristecí escuchando esas palabras que parecían sacadas de un cuento infantil, pero más me entristeció conocer a personas que dicen ser creyentes, cristianos, etc pero que dejan mucho que desear como personas:
Creen en Dios, pero no saben pedir perdón.
Creen en Dios, pero sólo siembran a su paso enemigos.
Aman a Dios, pero no pueden amar sanamente al prójimo.
Siguen a Dios, pero no pueden dejar de lado el orgullo con las personas que dicen querer.
Su amor por Dios va en aumento, a pesar de todos los problemas que conlleva VIVIR, donde uno bien sabe que pasan cosas buenas pero también cosas devastadoras, pero NO pueden hacer las paces cuando hay problemas dentro de una relación, ya sea familiar, amorosa, laboral, etc.
Es increíble como por facebook son predicadores de la palabra, dicen ser capaces de poner la otra mejilla por el prójimo, cómo aman a todo el mundo... yo los veo, yo los leo, yo veo esas fotos con dedicatorias extensas (pero solo duran un momento).
NO, NO CREO EN DIOS. No soy creyente, no le atribuyo ninguna acción a un ser que nunca vi ni sentí (básicamente me hago cargo de mis decisiones y de mis acciones, sin echarle la culpa a un ser imaginario).
Y NO, no pondría la mejilla por el otro pero sí defendería a capa y espada a los que quiero.
Y SI, me equivoco pero no vivo con rencor y no sé lo que es EL ARREPENTIMIENTO.
No soy de las que espera que al otro le pase algo malo, que le pase un accidente, que se muera, para darme cuenta el valor que tiene en mi vida.
Las cosas se hacen y se dicen en vida. UNA SOLA TENEMOS. Y cada día es un día menos.
No creo ser mejor ni peor que nadie, pero de esta manera vivo feliz y tranquila. Ojalá todos puedan disfrutar el estar vivos... porque si Dios existe es uno mismo.
18 de septiembre de 2016, extraído de mi Facebook personal.
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