Si, así, totalmente justo para mi día de hoy (y recién es mediodía).
Me desperté a las 7 am porque empezaba un curso a las 9:40. Desayuné tranqui ☕, y a las 9, cuando me disponía a salir, se me dió por llamar a la institución para preguntar bien el horario: Había empezado.
No fui.
No importa, ¡tengo todo el día por delante!.
Leo en el grupo de Whatsapp de la facu que preguntaban el número del aula... Paren, ¿no empezábamos mañana?, NO YANINA, empieza la clase en 5 minutos.
No fui.
Y bueno, no importa. Yo sigo. Mi vida es así, me lleno de cosas y me olvido de la mitad. Llego tarde. Me equivoco de día. Me enloquezco. Quiero dejar todo, quiero volver a empezar. Quiero hacer lo que quiero y no lo que me mandan, lo admito 💀.
Y sigo, porque me gusta, porque me desafío cada día. Y porque me vuelvo loca cada día. Pero sigo, con esta caja de sorpresas que es mi mente. Buscándole la vuelta, buscando soluciones, y sin querer a veces, buscándome problemas (sobre todo con el tiempo 🕛). Pero salgo adelante.
Y me voy a trabajar a esta hora, viajando toda la tarde desde Unicenter hasta el Alto Palermo. Con los apuntes de la facu que todavía no empecé. Con lápiz y hoja para plasmar lo que sea que se me ocurra 📝.
Intento adaptarme a la vorágine de la vida, de la gente. Pero con 25 años no me sale. Es mi vida, mi ritmo y mi manera. Lo acepto.
A ver qué me depara este año... 🍀
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