viernes, 18 de noviembre de 2016

(18) Extractos XIV - Entrevista de trabajo

Demis siempre quiso enseñarme cómo se saca el porcentaje de algo. Me lo explicó miles de veces, jamás pude entenderlo. Me lo explicó y cuando terminaba de darme algún ejemplo, yo ya me olvidaba la definición, me olvidaba si era suma, multiplicación, me olvidaba qué se ponía antes del punto. ¿un 3?, ¿un O?.
Hoy tuve una entrevista laboral en un lugar prometedor. Hablé y me desenvolví genial, el viejo choto estaba contento con las idioteces que decía, y la chica, tocaya, se reía de mis ocurrencias (me pongo nerviosa y me pongo boluda. Sí, MÁS). Hablé de mis experiencias, de lo que espero de un trabajo. Y todos esos clichés típicos de entrevista, en que uno muestra la mejor parte de su persona y no, en este caso, que soy una puteadora compulsiva, una impuntual y que a la primera cosa que no me gusta ya pongo cara de orto y cual sindicalista empiezo a pelear por mis derechos.
Pero todo marchaba genial! Hasta que papel furioso aparece: ¿Cuánto es el 30% de 5000? (O algo así) sin calculadora muchacha, obvio.
GENIAL. LA ENTREVISTA DE MIS SUEÑOS (O de mis pesadillas).
Otro ítem: Si tengo $100 y cada cajón de manzanas tiene 25 kg...
CHAU. Esto no es para mi.
Último punto: Dibujen una persona abajo de la lluvia. ACÁ NO ME VAN A CAGAR, HIJOS DE PUTA. VOY A HACERLE LOS 5 DEDOS Y UN PARAGUAS CON LUNARES. Y UNA VEREDA. PERSPECTIVA PAPÁ, QUIÉN NECESITA PORCENTAJES, Y GOTAS, MÁS GOTAS. GOTAS POR DOQUIER EN TODA LA HOJA. ACÁ hay un hueco, MÁS GOTAS.
Uf. Creo que me excedí.
Esto no es lo mío, me rindo, no me llamen (no lo van a hacer).

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